Joseph Kolberg, un gran explorador y cronista que a finales del siglo XIX, mientras recorría lugares increíbles, escribía su diario de viaje y hacía análisis de la flora de los lugares, hizo interpretación científica del paisaje con textos y grabados muy chéveres como este.

Alrededor del volcán Cotopaxi, Kolberg caminó y no solo describió las características físicas sino cómo se relacionaba la actividad del volcán activo con sus alrededores.

Ese mismo año el volcán Cotopaxi tuvo una histórica erupción, digna de ser representada.

En un  un libro de crónicas que Kolberg publicó en 1881 con historias y grabados titulado «Hacia el Ecuador. Relatos de viaje».